Los mexicanos y los sonorenses elegimos el 1 de julio a quienes nos gobernarán y nos representarán en los próximos 6 años. Fue una jornada operada y supervisada por más de 3 millones de ciudadanos que fungieron como funcionarios de casilla y observadores electorales. La elección transcurrió sin incidentes, muestra de la institucionalidad y normalidad democrática que hemos construido todos los mexicanos.

Quiero comentar 5 resultados que me parecen destacados:El primero tiene que ver con la derrota del PAN, que en la elección de Presidente de la República retrocede a porcentajes históricos mínimos. Parece haber explicaciones para este resultado: la falta de eficacia para comunicar los resultados, los efectos de diversas crisis: la económica internacional de los últimos 6 años, alimentaria, sanitaria y climática actual, la falta de reformas por el bloqueo legislativo, y la pérdida del debate de los resultados de la lucha contra la inseguridad. Habría que sumarle una campaña errática y una candidata que no generó entusiasmo.Ahora, Acción Nacional enfrenta el reto de reformarse para recuperar la confianza: abrir a los ciudadanos las decisiones y las candidaturas, reinventar una nueva filosofía de gobierno, que mejore la eficacia y tenga visión de futuro, y desterrar las prácticas deshonestas y a quienes las perpetran. Urge un nuevo PAN que ayude a terminar de construir ese nuevo México ciudadano que soñamos.El segundo suceso tiene que ver con la victoria y regreso del PRI al poder, sin haberse reformado. El único cambio ha sido darle paso a una nueva generación.La elección presidencial la ganó Enrique Peña Nieto y no el PRI. Se convirtió en el icono de esta nueva generación priista. Los compromisos con grupos clientelares y la presencia o no de viejas figuras del partido serán una primera y dura prueba para un Presidente que ha prometido reformas y cambios de fondo para crecer con suficiencia y con resultados en los bolsillos de los mexicanos.También destaca el crecimiento de las izquierdas, agrupadas alrededor del PRD. En la elección presidencial, la iquierda ha pasado en poco más de una década de una votación del 8% a una del 32% en 2012. Además han arrasado en el Distrito Federal y arrebatado para su causa los gobiernos estatales de Morelos y Tabasco, sin dejar de mencionar que serán la segunda minoría en la Cámara de Diputados.Parecería que nos acercamos a un próximo gobierno de izquierda en el país. Las tendencias y los nuevos personajes -Ebrad y Mancera- así lo sugieren.Un cuarto resultado a destacar es la incipiente irrupción de los ciudadanos en las elecciones. Un dato: en 2006 voto 1 de cada 4 nuevos votantes, mientras que en 2012 fue 1 de cada 2. Esto habla del despertar de la sociedad civil, ejemplificada en los movimientos de Martí, Sicilia y Yo soy #132.Los votantes independientes cambiaron el sentido de la elección y su tendencia histórica: abandonaron al PAN y prefirieron al PRI y al PRD. Un mensaje contundente para el PAN, un partido que se dice ciudadano.Un quinto tema, son las imperfecciones de nuestro sistema electoral, que vulneran su equidad y legalidad, manifestadas en el uso excesivo de dinero y las campañas adelantadas, factores clave del éxito electoral de Peña Nieto. Urge corregir estos temas para evitar vivir en la incomodidad de aceptar triunfos que pueden ser ilegales e inmorales.México y Sonora viven ya en curso de una normalidad democrática. Ahora llegó el tiempo de volver a la agenda y los acuerdos necesarios para crecer con equidad y legalidad. Llegó la hora en que los ganadores deberán cumplir y quienes no lo fueron, sumarse a los ciudadanos para exigirles resultados y apoyar lo que ayude a tener la nación que queremos y merecemos.Espero sus comentarios.