El Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) dio a conocer el pasado jueves los datos sobre la medición de la pobreza en México correspondientes a 2014.

Este fenómeno creció en los dos primeros años de la administración del Presidente Peña Nieto, al pasar de 45.5 a 46.2 el porcentaje de la población en condición de pobreza. En términos absolutos los pobres pasaron de 53.3 a 55.3 millones, 2 millones más.

Uno de los factores que más influyó en el crecimiento de la pobreza fue la caída de los ingresos de los hogares mexicanos. Según datos del INEGI, el ingreso corriente total promedio trimestral por hogar se redujo en términos reales en 3.5% entre 2012 y 2014. Es decir, disminuyó el poder de compra de las familias. Sin embargo, el ingreso del primer decil, donde se ubican los más pobres, se incrementó en 2.1% situación que la Secretaría de Desarrollo Social del gobierno federal (Sedesol) atribuyó a “una adecuada focalización de los programas sociales hacia la población que verdaderamente lo necesita”.

Llama la atención el aumento de las personas con carencia de acceso a alimentación que constituye, precisamente, el eje de los esfuerzos de la Cruzada Nacional contra el Hambre. La Sedesol ya anunció que para agosto tendremos la evaluación específica de esta estrategia.

Se observa una reducción importante de la carencia por acceso a salud entre 2012 y 2014 (3.5 millones de personas menos), que se explica principalmente por la “tarjetización” para incorporar más mexicanos al Seguro Popular, un sistema que se ha caracterizado por la saturación de los servicios, déficit de infraestructura médica y hospitalaria, desabasto de medicamentos, entre otros. “Afiliar” no basta para reducir esta carencia, hay que garantizar el acceso efectivo de los más desprotegidos a servicios de salud de calidad.

Otra carencia que tuvo un descenso importante entre 2012 y 2014 fue la de seguridad social -2.7 millones de mexicanos menos- que se explica, de acuerdo con la Sedesol, por la incorporación de más adultos mayores de 65 años a la pensión no contributiva de $580 pesos mensuales que otorga el gobierno federal, la cual está muy lejos de la línea de bienestar mínimo de $1,281 pesos mensuales que es el valor de la canasta alimentaria.

A nivel estatal, los datos del Coneval destacan que Guerrero, una de las entidades con mayor rezago social, muestra resultados positivos; pero 900 mil personas más cayeron en la pobreza en el Estado de México. La pobreza crece también en Chiapas (178 mil personas más); Oaxaca (228 mil más, 90% de ellas cayeron en pobreza extrema, es decir que no tienen ni para comer); Veracruz (casi 500 mil pobres más). Llama la atención el deterioro de estas tres últimas entidades por la enorme cantidad de recursos que ahí se invierten para desarrollo social.

Ello me remite al estudio de Daron Acemoglu y James A. Robinson “Por qué fracasan los países” que analicé la semana pasada, porque la posibilidad de superar la pobreza depende de la existencia de instituciones inclusivas que promuevan la participación de los ciudadanos en el desarrollo económico y social y en la fiscalización de lo público, y que garanticen la vigencia del Estado de derecho y la gobernabilidad democrática.

Veracruz es un desastre de corrupción, autoritarismo e inseguridad. Oaxaca ha vivido durante cinco años un lamentable vacío de autoridad, con un gobernador maniatado por el poder fáctico de la sección 22 de la CNTE empeñada en minar el derecho de los niños oaxaqueños a la educación y que ha provocado graves afectaciones económicas al estado por bloqueos y ataques directos a la actividad turística y productiva.

Chiapas se distingue por el control político casi absoluto del Partido Verde (que se cansó de violar impunemente la ley en el pasado proceso electoral federal) y que ha mostrado una gran habilidad para asimilar lo peor del PRI: su tradición clientelar, la manipulación de los más pobres a través de dádivas.

La lección: malos gobiernos e instituciones débiles generan pobreza y deterioro social.

En mi próxima colaboración continuaré sobre el tema y analizaremos los datos de la medición de la pobreza para Sonora.